Con su blanca cabellera
va por la vereda
la anciana de la dulce pena
no sé si el tiempo
no le ha podido arrebatar la fuerza
o la necesidad y la pobreza
la obligan a hacer tal proeza.
pero de su hombro cuelga
un fardo tan grande como ella
Con su trenzada cabellera
va entre la polvareda
la anciana de la dulce pena
acompañada de un bastón
que le ayuda a que no se le arqueen mas las piernas
no sé en qué piensa
pero no parece quejarse
de su lerda miseria
en aquella senda
donde se van marcando sus huellas.
va por la vereda
la anciana de la dulce pena
no sé si el tiempo
no le ha podido arrebatar la fuerza
o la necesidad y la pobreza
la obligan a hacer tal proeza.
pero de su hombro cuelga
un fardo tan grande como ella
Con su trenzada cabellera
va entre la polvareda
la anciana de la dulce pena
acompañada de un bastón
que le ayuda a que no se le arqueen mas las piernas
no sé en qué piensa
pero no parece quejarse
de su lerda miseria
en aquella senda
donde se van marcando sus huellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario